LA GASTRONOMIA COLOMBIANA
La gastronomía de Colombia es el resultado de la fusión de alimentos, prácticas y tradiciones culinarias de las culturas indoamericanas locales, europeas (principalmente española) y africana. Aunque no hay consenso en cuanto a un único plato que represente a toda la gastronomía colombiana, se destacan la arepa y el sancocho como los más representativos. Otros platos regionales destacados son la bandeja paisa típica de la región Antioqueña, el ajiaco santafereño, la lechona Tolimense y y el mote de queso costeño, entre otros.
De la diversidad de fauna y flora en Colombia surge una variada gastronomía esencialmente criolla, con poca influencia de cocinas extranjeras. Los platillos colombianos varían en preparación e ingredientes por región e incorporan las tradiciones de las culturas española, mestiza y afro. Algunos de los ingredientes más comunes en las preparaciones son cereales como el arroz y el maíz, tubérculos como la papa y la yuca, variedades de leguminosas (fríjoles), carnes como la vacuna, gallina, cerdo, cabra, cuy y otros animales silvestres, pescados y mariscos. Es importante también la variedad de frutas tropicales como el mango, el banano, la papaya, la guayaba, el lulo y la maracuyá.
A diferencia del mondondgo costeño, el Mondongo Paisa tiene otros ingredientes entre ellos carnes.
Tiempo de preparación: 2 horas
Ingredientes:
500 gramos de mondongo
500 gramos de carne de cerdo
2 chorizos
1 unidad de pezuña de cerdo cortada en trozos
1 unidad de tomate
1 unidad de cebolla larga
1 ½ kilos de papas
250 gramos de batata
Achiote al gusto
Sal al gusto
Preparación:
Picar el mondongo y la carne de cerdo en trocitos, y los chorizos en rodajas.
A continuación, poner en una olla con agua el mondongo, la carne, la pezuña de cerdo y los chorizos y llevar al fuego. Seguidamente, picar el tomate y la cebolla, mezclar con el achiote, añadir a la olla, sazonar y cocinar hasta que el mondongo esté tierno.
Por último, incorporar las papas, peladas y cortadas en trocitos pequeños y la batata, si la utiliza y cocinar hasta que estén tiernas. Servir con arroz blanco y plátanos fritos.
Empanadas Antioqueñas
CHEFS COLOMBIANOS
ASÍ SABE COLOMBIA

Colombia tiene muchísimas cosas para enamorar; de un lado, amplia oferta de recetas tradicionales de las regiones, y del otro, las nuevas tendencias que aprovechan al máximo los productos propios para traducir los sabores colombianos en innovadores platos.
La cocina nacional colombiana es diversa como su clima, sus paisajes y sus manifestaciones culturales, porque además de la fertilidad de una tierra que produce de todo, está la imaginación sin límites de expertos cocineros que cada día adicionan al sentimiento puesto en sus potajes, nuevas formas para sazonar y construir recetas.. Dicen que una de las estrategias para ganarse el cariño de alguien es haciendo que sucumba al encanto de un buen menú. “Conquistar por el estómago”, dirían algunos, y como correspondiente consecuencia, la coloquial afirmación “barriga llena, corazón contento”.
PLATOS TRADICIONALES

Muchas de las comidas más famosas como la bandeja paisa o el ajiaco santafereño, suelen disfrutarse especialmente en los lugares de donde son originarias, con los ingredientes y las medidas precisas y el entorno adecuado: la decoración, los utensilios y la apariencia final del plato.
Bandeja paisa
Así por ejemplo, la bandeja paisa propia del departamento de Antioquia y regiones aledañas, tiene como base principal el fríjol cultivado allí mismo, donde las características climáticas hacen que el país sea el mayor productor del grano del área andina y el que registra más consumo en la dieta diaria.
Ajiaco santafereño
Por su parte, el ajiaco santafereño preparado en el interior de Colombia, es una sopa a base de varias clases de papa extraídas del altiplano cundiboyacense, las guascas, el maíz y pollo campesino de la región.
Sin embargo, las artes gastronómicas con el tiempo han viajado, posicionándose en todos los rincones y, sobre todo, en las grandes capitales, en las que gracias a la generosa carta de menús también se recorre la nación. Así se transportaron los secretos de la buena mesa por la labor de cocineros que pusieron las recetas de las regiones sobre los manteles de restaurantes típicos de zonas campestres o de grandes centros urbanos, haciendo de esta manera que nadie se prive de las delicias ancestrales
.PLATOS POR REGION
.PLATOS POR REGION
- REGION CARIBE

Platos típicos de la
Costa Caribe Colombiana
Los platillos de la costa Caribe varían
en preparación e ingredientes por región e incorporan las tradiciones de las
culturas indigena, europea, negra y mestiza. Se encuentran ingredientes como pescados
de mar y de río, mariscos, carne de res, pollo, cerdo, animales de monte, yuca,
plátano, ñame, legumbres, derivados de la leche, arroz, maíz y frutas
nativas. El platillo más popular de la región es el sancocho que varía en
preparación e ingredientes: de res, pescado, mariscos, tortugas, gallina,
chivo, venado, entre otras especies nativas.
Nota de Interés: El Ñame es un
tubérculo tropical, cuya raíz comestible es muy apetecida por su valor alimenticio y rico
sabor
La Arepa e Huevo
Receta original de Luruaco, Atlántico
Ingredientes
2 tazas de harina de maíz. Agua. 1 cucharadita de sal. 1/2
cucharadita de azúcar.
1 huevo
Preparación
Poner la harina en un tazón junto con la sal y el azúcar. Añadir poco a poco el agua hasta que se forme una masa manejable muy blanda. Cuando la masa este lista se deben formar las arepas, para eso, se hacen “bolitas” un poco más grandes que una bola de golf, y finalmente se aplastan hasta que queden unas “tortillas” de medio centímetro de espesor.
Aparte, se pone a calentar en un caldero aceite vegetal suficiente para que las arepas naden en él. Si la masa quedo bien.. lo que sucede es que las arepas se inflan un poco dejando un espacio dentro de ellas, donde se pondrá el huevo crudo. Es preferible que la masa quede bien blanda, de otra forma difícilmente se inflará en el aceite .
El huevo se introduce haciendo un orificio a la arepa por alguno de sus bordes, y luego tapándolo con un poco de masa cruda que se debe reservar para ello. luego se pone a freir nuevamente solo para que el huevo se cocine, así como el nuevo “tapón” de masa. Se sirven calientes con un poco de ají picante o suero, típico de la costa caribe colombiana. fuente wikipedia.org
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
Carimañolas
Ingredientes
1 1/2 libras de yuca cocida y molida
1 libra de carne de cerdo picada
Cebolla cabezona rallada
1/2 taza de tomate
2 cucharadas de aceite
3 claras de huevo
Sal al gusto.
Preparación
1 huevo
Preparación
Poner la harina en un tazón junto con la sal y el azúcar. Añadir poco a poco el agua hasta que se forme una masa manejable muy blanda. Cuando la masa este lista se deben formar las arepas, para eso, se hacen “bolitas” un poco más grandes que una bola de golf, y finalmente se aplastan hasta que queden unas “tortillas” de medio centímetro de espesor.
Aparte, se pone a calentar en un caldero aceite vegetal suficiente para que las arepas naden en él. Si la masa quedo bien.. lo que sucede es que las arepas se inflan un poco dejando un espacio dentro de ellas, donde se pondrá el huevo crudo. Es preferible que la masa quede bien blanda, de otra forma difícilmente se inflará en el aceite .
El huevo se introduce haciendo un orificio a la arepa por alguno de sus bordes, y luego tapándolo con un poco de masa cruda que se debe reservar para ello. luego se pone a freir nuevamente solo para que el huevo se cocine, así como el nuevo “tapón” de masa. Se sirven calientes con un poco de ají picante o suero, típico de la costa caribe colombiana. fuente wikipedia.org
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Carimañolas
Ingredientes
1 1/2 libras de yuca cocida y molida
1 libra de carne de cerdo picada
Cebolla cabezona rallada
1/2 taza de tomate
2 cucharadas de aceite
3 claras de huevo
Sal al gusto.
Preparación
Se amasa muy bien la yuca con un poco
de sal. Aparte se cocina la carne de cerdo con sal, hasta que esté cocida y
blanda. En una cazuela se sofríen la cebolla y el tomate, agregando una pizca
de sal. Se incorpora la carne de cerdo y se deja unos minutos a fuego lento. Se
toman porciones de masa de yuca del tamaño de un huevo, se presionan con el
dedo pulgar en el centro de la masa y se rellenan de carne. Se cierra la masa y
se pasan por claras de huevo para freírlas en aceite caliente hasta que doren.
- COMIDAS TIPICAS DE LA REGION
PACIFICA

En el Chocó se encuentra la región más
rica en pescados de río y de mar, debido a su amplia red fluvial en donde vive
una interesante variedad de peces. Sus costas, con las ensenadas y bahías más
bellas de Colombia, favorecen la proliferación de los platos de pescados y
mariscos que constituyen la base alimenticia de la población autóctona y que
gustan acompañar con plátano y yuca. Tiene también frutas exóticas como el
borojó y el almirajó, de magnífico sabor, con las que se preparan agradables
refrescos.
Buenaventura, Guapí y Tumaco
constituyen la trilogía gastronómica de la región y aunque comparten muchas
preparaciones hay siempre un toque distintivo de cada pueblo debido al uso
extraordinario de la leche de coco. Guapí, disfruta en la variedad casi
infinita de pescados y mariscos, carnes de caza y magníficas cecinas que llegan
en barriles desde distintos puntos del país.
1. CHOCÓ:
o
Bebidas: Sorbete de borojó (o almirajó), colada
de piña, chocolate con leche de coco, jugo de guineo.
o
Aperitivos y principios: Arepas y torta de
ñame blanco chocoano, buñuelos y arepas del árbol del pan.
o
Sopas: Caldo de dentón salpreso, de guacuco,
de queso y cebollas.
o
Platos: Arroz atollado de carne ahumada, arroz
clavado, bacalao de pescado seco-liso, chanfaina, bocachico con escamas.
o
Postres: Arroz de leche con coco, jalea de árbol
de pan.
2. BUENAVENTURA:
o
Bebidas: Fresco de Aguacate.
o
Aperitivos y principios: Aguacates rellenos,
cebiche de camarones o langostinos, empanadas de pescado.
o
Platos: Cazuela de mariscos, pescado con lulo
chocoano, pescado encurtido, pargo frito en salsa de mostaza.
o
Postres: Cocadas, chancacas.
3. TUMACO:
o
Bebidas: Fresco de Guanábana.
o
Aperitivos y principios: Aborrajados de
pescado, ensalada de calamar, camaron o langostinos, empanadas de jaiba o
camarón.
o
Sopas: Crema de cabezas de langostinos,
pusandao de carne serrana, sopa de lentejas con pescado ahumado.
o
Platos: Pusandao de bagre, pargo o corvina,
arroz con calamares en su tinta, calamares rellenos, cazuela de mariscos.
4. GUAPÍ:
o
Bebidas: Jugo de naidí, socoromo o milpezo,
tamales de pescado.
o
Aperitivos y principios: Chaupiza (pescado muy
pequeño), majajas, frijol tapajeño, huevos de piando.
o
Sopas: Caldo de gazapo, quebrao (sancocho de
carne serrana), sopa de almejas, sopa de cangrejo.
o
Platos: Carapacho de jaiba, arroz atollado con
jaibas o con almejas, tortuga en carapacho.
o
Postres: Cabellito de papaya biche.
- COMIDAS TIPICAS DE LOS LLANOS
ORIENTALES

El llanero prisionero en un mar de inmensidades ha sabido adaptar sus
hábitos alimenticios a su forzoso nomadismo, creando platos tan originales como
la gallineta embarrada, hecha en su jugo sin ollas ni enseres que cargar en su
equipaje. El llano tiene también para los niños su plato propio: la coc Caquetá
y Putumayo comparten con ellos su cholula que preparan con el «chirario»,
pequeño banano mezclado con leche y azúcar. Una fuente exótica de proteínas de
gran valor nutritivo es la boa, que hoy se cría en granjas. Los lugareños
ahuman sus espléndidos lomos y preparan excelentes platos. Florencia produce
magníficas naranjas y una piña excepcional llamada «india», de color blanco,
sin fibras y de magnífico sabor. La Amazonía vive de la caza y de la pesca, que
guisa y acompaña con fariña o mandioca y frutas exóticas desconocidas en el
resto del país. Pero tal vez la tortuga sea la carne más apreciada y un
auténtico manjar en cualquiera de sus numerosas y originales preparaciones. En
esta imagen por ejemplo tenemos el llamado Pabellon criollo, un plato llanero
típico compuesto de arroz blanco cocido, carne mechada, caraotas, tajadas
fritas de plátano maduro, arepa dulce de chocolo con queso o jojote.
- COMIDA TIPICA DE LA REGION ANDINA
Estos son los platos mas comunes en la region
andina, es una pequña lista pero aunque no los conocemos todo sabemos que hay
mas.
Bandeja Paisa
Ajiaco
Cuchuco
Mute
Cocido boyacense
Tamales Tolimenses
Tamales vayunos
Lechona tolimense
Fritanga
Piquete
Cui
Cabrito al horno
Callos con garbanzo
- Caldo de costilla
Changua
Viudo de bocachico o capaz
La bandeja
paisa
Es un plato típico de la gastronomía
colombiana específicamente de la cocinaantioqueña, también se
la conoce como bandeja de arriero o bandeja montañera, esta comida es un plato
contundente que consiste en servir los fríjoles y la carne en polvo con arroz
blanco, huevo frito, chicharrón, chorizo, un trocito de morcilla, tajadas
fritas de plátano maduro, aguacate y arepa.
Ingredientes (seis porciones)
*Medio kilo de frijoles rojos
*Medio kilo de carne de res molida
*Medio kilo de tocino
*Dos cucharadas de aceite
*Sal al gusto
*Una taza de hogao
*Seis huevos
*Patacones
Preparación
Remojar los frijoles rojos durante toda
la noche en abundante agua, lo cocinamos en el agua de remojo con una cucharada
de aceite y cuando estén cocidos sazonamos con sal.
En una sartén calentamos una cucharada de aceite, agregamos la carne picada y freímos, añadir la mitad del hogao, remover con una cuchara de madera y dejar sofreír unos minutos.
Freír en su propia grasa el tocino cortado en trozos hasta que se hagan chicharrón. Cuando el frijol ya esté cocido añadimos el resto del hogao y dejamos cocinar por cinco minutos más.
Preparar, las arepas y el aji , freír los huevos, los patacones y servir todo en una bandeja, acompañar con arroz blanco y aguacate.
En una sartén calentamos una cucharada de aceite, agregamos la carne picada y freímos, añadir la mitad del hogao, remover con una cuchara de madera y dejar sofreír unos minutos.
Freír en su propia grasa el tocino cortado en trozos hasta que se hagan chicharrón. Cuando el frijol ya esté cocido añadimos el resto del hogao y dejamos cocinar por cinco minutos más.
Preparar, las arepas y el aji , freír los huevos, los patacones y servir todo en una bandeja, acompañar con arroz blanco y aguacate.
A diferencia del mondondgo costeño, el Mondongo Paisa tiene otros ingredientes entre ellos carnes.
Tiempo de preparación: 2 horas
Ingredientes:
500 gramos de mondongo
500 gramos de carne de cerdo
2 chorizos
1 unidad de pezuña de cerdo cortada en trozos
1 unidad de tomate
1 unidad de cebolla larga
1 ½ kilos de papas
250 gramos de batata
Achiote al gusto
Sal al gusto
Preparación:
Picar el mondongo y la carne de cerdo en trocitos, y los chorizos en rodajas.
A continuación, poner en una olla con agua el mondongo, la carne, la pezuña de cerdo y los chorizos y llevar al fuego. Seguidamente, picar el tomate y la cebolla, mezclar con el achiote, añadir a la olla, sazonar y cocinar hasta que el mondongo esté tierno.
Por último, incorporar las papas, peladas y cortadas en trocitos pequeños y la batata, si la utiliza y cocinar hasta que estén tiernas. Servir con arroz blanco y plátanos fritos.
Empanadas Antioqueñas
Esta empanada tipica de la región de Antioquia, se caracteriza como toda la
gastronomía andina, por su exelente sabor
Tiempo de preparación: 1 horas 30 minutos
Número de porciones: :10
Ingredientes:
1 libra de maíz trillado
2 cucharadas de almidón de yuca
2 cucharadas de panela raspada
1 cucharadita de sal
1 litro de agua
Guiso -
1 libra de pierna de cerdo
1 taza de hogao
1 libra de papas cocidas y peladas
2 tazas de agua para el relleno
4 cucharadas de aceite
Comino y sal al gusto
Preparación:
Se calienta el aceite y se sofríe la carne, cuando dore se le agrega el hogao, el comino y la sal. Se deja sofreír por diez minutos. Se le añaden las papas y el agua, se tapa y se deja cocinar por 25 minutos.
Se cocina el maíz en suficiente agua (que no quede muy blando); se saca y se muele, se mezcla con el almidón, la panela y la sal y se amasa muy bien. Se toman porciones pequeñas de la masa y se aplanan con los dedos formando arepitas delgadas que se rellenan, cada una, con una cucharada de guiso; se doblan y se presionan los bordes para cerrarlas bien y se ‘repulgan’ (hacerles piquitos de adorno a los bordes).
Se fríen en bastante aceite muy caliente, hasta que se doren; se sacan y se ponen sobre papel absorbente. Se sirven calientes, acompañadas de ají pique.
Tiempo de preparación: 1 horas 30 minutos
Número de porciones: :10
Ingredientes:
1 libra de maíz trillado
2 cucharadas de almidón de yuca
2 cucharadas de panela raspada
1 cucharadita de sal
1 litro de agua
Guiso -
1 libra de pierna de cerdo
1 taza de hogao
1 libra de papas cocidas y peladas
2 tazas de agua para el relleno
4 cucharadas de aceite
Comino y sal al gusto
Preparación:
Se calienta el aceite y se sofríe la carne, cuando dore se le agrega el hogao, el comino y la sal. Se deja sofreír por diez minutos. Se le añaden las papas y el agua, se tapa y se deja cocinar por 25 minutos.
Se cocina el maíz en suficiente agua (que no quede muy blando); se saca y se muele, se mezcla con el almidón, la panela y la sal y se amasa muy bien. Se toman porciones pequeñas de la masa y se aplanan con los dedos formando arepitas delgadas que se rellenan, cada una, con una cucharada de guiso; se doblan y se presionan los bordes para cerrarlas bien y se ‘repulgan’ (hacerles piquitos de adorno a los bordes).
Se fríen en bastante aceite muy caliente, hasta que se doren; se sacan y se ponen sobre papel absorbente. Se sirven calientes, acompañadas de ají pique.
- COMIDA TIPICA DE LA REGION
AMAZONICA

Purtumute: Se prepara a base de
frijoles y mote. Estos se mezclan con un aderezo hecho de culantro o cilantro.
Este rico plato es muy consumido en Amazonas.
Enrollado. Es una especie de
empanada pero de forma alargada que se rellena con carne de res, carne de cerdo
y carne de pollo, con huevos cocidos y pasas.
Tacacho con
cecina: Su hace con plátano frito y machacado que luego se mezcla con manteca de
chancho. Casi siempre se sirve con cecina – carne de cerdo seca y ahumada-.
Humitas. Son masas a
base de choclo y que se rellenan con un aderezo de queso con trozos de carne y
que se envuelven en hojas de maíz para cocinar al vapor.
Juanes de yuca: Se prepara a
base de yuca, arroz y carne de gallina o cecina de res. Cuando se termina de
mezclar se envuelve en hoja de achira. Después es cocido al vapor.
Inchicapi: Esta exquisita
sopa se prepara a base de gallina, yuca, maní, maíz, culantro, comino y sal. A
la sopa se suele servir acompañado de arroz o plátanos.
CHEFS COLOMBIANOS

IVÁN CADENA
Esta es la primera entrevista de este
joven y talentoso cocinero, pero como se trata de hablar de lo que más le
apasiona, disfrutó al máximo compartir su experiencia. Nació en Bogotá hace 31
años, pero gran parte de su infancia la pasó en la finca ganadera familiar en
Tame, Arauca. Trabajó como sous-chef de Virgilio Martínez, uno de los cocineros
más importantes de Latinoamérica, en el restaurante Central en Lima, Perú,
recientemente galardonado como el cuarto mejor del mundo. Se define como un
niño inquieto que se trepaba en calzoncillos a bajar mangos y toda clase de
frutas en los árboles de la finca en el pie de monte llanero. Asegura que de
ahí, de sus andanzas en el campo, que hacen parte de sus raíces y de su
historia, es donde surge la inspiración, el amor por la comida y lo que él es
en esencia como cocinero.
“No hay nada más importante que un
pueblo con identidad”, y por esta razón cree que una de sus misiones dentro del
panorama culinario nacional es “transmitir el mensaje de valorar y aprender de
nuestros productos y disfrutar de comer local ya que a la larga es más fresco y
sano”. Dentro de pocos meses “se lanza al ruedo”, como él afirma, con su propio
restaurante que se llamará Mesa Franca, ubicado en Chapinero Alto en Bogotá, un
lugar que lleva cocinando a fuego lento desde hace dos años. “Se trata de un
espacio que ofrecerá una cocina con sabores muy colombianos. Pienso que muchos
tenemos algo de pueblo en nuestro corazón, al menos sé que yo en el mío, y
quiero resaltar el orgullo de ser donde nací y transmitirlo en mis platos”.
Iván no ha tenido oportunidad de viajar
mucho ni de conocer tantas cocinas del mundo, pero tiene la facilidad de
registrar recuerdos relacionados con los cinco sentidos ligados a su memoria
gustativa. “Mis inspiraciones son sencillas, me fluyen y a veces hasta me
sorprendo. Para un restaurante hice unos raviolis de plátano maduro, los cuales
nacieron de una preparación que hacía mi mamá cuando yo era chico. De puros
recuerdos y registros es de donde sale lo que cocino, es bonito”.
En su cocina jamás pueden faltar el ají
ni la panela, aunque siente gran fascinación por los sabores cítricos. Su
comida es sencilla, honesta y en ella destaca el ingrediente como gran
protagonista. Lo más difícil que ha tenido que afrontar como cocinero es que,
si bien es empírico, ha tenido la posibilidad de trabajar en las cocinas no
solo de grandes chefs, sino de importantes empresarios y esto lo ha retado a
ser mejor cada día. Adora bailar y comer empanadas vallunas, “en una sentada
puedo comerme diez. Eso es la libertad absoluta”, dice sonriendo. Tiene claro
que de última cena le gustaría una ternera a la llanera con yuca, ensalada y
ají.
MARCELA ARANGO
Esta bogotana de 34 años combina su
pasión por la cocina con su amor por los animales. Vive en La Calera junto con
su novio, socio y cocinero Camilo Ramírez, con once perros y cinco gatos, todos
criollos y recogidos en la calle. Si bien nació en la capital estuvo hasta los
12 años en Santa Marta y asegura que esto influyó en sus sabores y en la forma
de cocinar. Marcela adora comer y cocina desde que tiene nueve años. “Fui una
niña gordita y golosa”, explica. Antes de estudiar esta profesión, le gustaban
el cine y la fotografía, pero decidió cambiar el rumbo e irse a profesionalizar
como cocinera en Argentina, aunque admite que si hubiera tenido el talento,
adoraría ser cantante.
Su restaurante se llama El Ciervo y el
Oso, el cual nació como un espacio de tolerancia, donde un vegetariano y un
carnívoro pudieran compartir libremente la mesa sin diferencias ni
radicalismos. A mediados del año abrirá una nueva sucursal en una casa de
Quinta Camacho en Bogotá. Al momento de pedirle que nos hable de lo que sirven
dice que “desde nuestra cocina quisimos valorar recetas, técnicas y sabor
tradicionales, con un fuerte énfasis en los vegetales que son de gran riqueza
en el país y al mismo tiempo más sostenibles. Trabajamos con cocciones y
técnicas ancestrales utilizando el carbón, las hojas y las ollas de barro,
destacando los ingredientes colombianos”.
Marcela es una mujer de retos y una de
las más reconocidas dentro de la industria gastronómica no solo nacional, sino
que trascendió fronteras. Su famoso “Reto del cubio” consistía básicamente en
que una persona debía preparar una receta con este tubérculo, compartirla en
redes sociales y luego retar a algún amigo a que se atreviera a sorprender con
la suya. En promedio, hubo un total de 200 publicadas y con estas está haciendo
un libro. Pero además está enfocada en lograr que los colombianos nos
enamoremos de nuestros ingredientes, de nuestra cocina y cree que esto es
primordial antes que sacarla y mostrarla internacionalmente. “Veo que esto ya
está pasando y muchos cocineros lo estamos haciendo desde nuestros
restaurantes. Hay que apropiarse de la gastronomía local y me alegra saber que
las nuevas generaciones van por ese mismo camino”.
“Yo no he pretendido nada diferente que
cocinar rico y que los clientes tengan una opción sabrosa para comer. Estoy muy
comprometida con aprender de la gastronomía nacional, quiero conocer y utilizar
más ingredientes locales, haciendo preparaciones más autóctonas”, dice sin
titubear. Ella sabe que forma parte de una generación de amigos y cocineros con
los que tiene vínculos muy fuertes, que además están dispuestos a arriesgarse y
que creen en las herencias culinarias y lo que el país tiene para ofrecer.
La comida evoca y convoca recuerdos y
esto es la base de su cocina a la hora de crear. “Tengo muy mala memoria, pero
algo que nunca se me olvida son los sabores y los referencio con situaciones
vividas. Me gusta que a los clientes les pase lo mismo y que con nuestros
platos se generen recuerdos. A veces pasa que te demoras 24 horas haciendo una
preparación, el cliente se la come en cinco minutos y no quedó nada, mi interés
es que la experiencia sea tan rica que se grabe en la memoria”.
Los sabores criollos la transportan,
pero si quiere sucumbir en el pecado, un helado y una pizza hawaiana, pero sin
jamón, aclara, son su perdición. ¿Y de última cena? “Una mesa de fritos
colombianos, de empanaditas, migas, marranitas, aborrajados, arepitas de huevo,
carimañolas con diferentes ajís”, contesta.
MARÍA CAMILA GARCÍA
Bogotana pero llanera de corazón. Tiene
36 años y la comida siempre ha estado en su sangre, ya que su familia ha tenido
restaurantes, razón por la cual pasó su infancia y niñez en las cocinas. Al
oírla, es fácil evocar la novela Como agua para chocolate, de Laura Esquivel,
donde Tita, la protagonista, que creció entre atoles y cebollas desarrolló una
pasión infinita por la cocina, al igual que María Camila, quien se saborea
hablando de su historia.
Cuando se le pregunta por su labor con
la cocina del llano, afirma: “Me he destacado porque he comenzado a trabajar y
estudiar los sabores de esta región. Mi interés ha sido mostrar otros platos
distintos de la ternera”. Tiene el restaurante Bastimento desde hace siete años
en Villavicencio y sabe que es una región colombiana no tan conocida
gastronómicamente. “Este fue el primer lugar que le apostó a una cocina llanera
a manteles”, dice. Dentro de su oferta hay platos típicos regionales, pero
también están sus propias recetas pensadas y creadas utilizando ingredientes de
la región, como los ñoquis de plátano y el carpaccio de mamona, donde como dice
“busco serles fiel a las recetas ancestrales y a las de las cocineras tradicionales”.
Es bien sabido que la comida, al igual
que la música, evoca recuerdos, y en los platos de María Camila hay
remembranzas de cocinas de la casa y de sabores muy regionales, recuerdos del
hogar y la infancia como los tungos, el ají de leche y el pisillo y es ahí
donde radica su reconocimiento en la zona.
Parte de su investigación y aprendizaje
de la cocina llanera, que nace además por las historias que le transmitía su
papá cuando andaba de correrías por la finca ganadera, dieron como fruto un libro
que trabajó junto con la Gobernación titulado Sabores y Saberes en la cocina
del Meta, en el cual se recopilaron recetas de la región, buscando hacer un
documento que tuviera historias que contar. “Mi participación fue hacer las
recetas, las fotos y reunir la información que estaba dispersa en distintos
libros y papeles”.
Entre sus retos y objetivos
profesionales y personales busca que los agricultores y pequeños campesinos
tengan más relevancia tanto en el país como en la industria gastronómica. No
imagina su cocina sin plátano, hierbas frescas e ingredientes locales. Si el
mundo se fuera a acabar mañana le encantaría de última cena una punta de anca,
con spaguetti pomodoro y mucho parmesano.
JENNIFER RODRÍGUEZ
A esta mujer la vimos en televisión
hace algunos años, ya que fue la ganadora del reality Cocineros al Límite, en
el que tenía que competir con un grupo de cocineros de Latinoamérica. Y tal vez
la más sorprendida por haber ocupado ese primer lugar fue ella misma. “Nunca
pensé que ganaría, porque había gente muy profesional, pero haber tenido la
oportunidad de transmitir los sabores colombianos fue para mí una experiencia
única”, afirma. Jennifer es chiquita de tamaño y edad, pero grande y fuerte en
personalidad, tiene claro lo que le gusta y lo que no. Es muy firme y coherente
en sus convicciones.
La cocina le llega por pura necesidad,
puesto que cuando estudiaba electrónica no encontró trabajo en ese oficio, así
que como desde siempre cocinaba en casa, decidió dedicarse a esto. Inicialmente
tuvo un restaurante en Mesitas del Colegio, donde nació hace 28 años. Allí
servía recetas criollas que eran bien recibidas. Pero con el paso del tiempo,
con lo aprendido, viajado y estudiado a través de libros y amigos, ella crea
sus propias fórmulas utilizando ingredientes de la zona. Mestizo es un
restaurante familiar donde se cocinan sabores colombianos y el protagonista es
el producto local. “Mi cocina nace en Mesitas del Colegio, ni siquiera sabía
quiénes eran los grandes chefs y solo conocía los ingredientes locales. Así fue
como comenzamos con técnicas, recetas familiares y el producto de la región.
Sin darme cuenta estaba dándole valor a lo que yo me servía en casa. Pienso que
se puede comer rico rescatando la identidad y sintiendo orgullo por los productos
que nacen en la zona”.
Al igual que su comida, Jennifer está
libre de pretensiones y egos, por tal razón afirma que se siente a la par con
el agricultor, con el proveedor, con la cocinera de la plaza de mercado, “todos
estamos trabajando por un bienestar común: alimentar con lo que sabemos y lo
que hemos aprendido a través de la historia de nuestras cocinas”, asegura. El
mayor obstáculo o dificultad que ha encontrado en el oficio es lograr que las
personas locales se arriesguen a probar cosas nuevas y que se sientan
orgullosas de los productos que les da la tierra y que, además, les den el
valor que les corresponde.
Durante su proceso de creatividad nos
cuenta que ella se imagina los sabores y hace combinaciones en la cabeza y que
luego a punta de ensayo y error salen sabores increíbles. Se la juega el todo
por el todo, se arriesga. Algunos de sus platos los ha literalmente soñado,
otros vienen de conversar con los abuelos y amigos, pero siempre busca trabajar
y mezclar los ingredientes que le gustan. Tal vez por esto y porque su comida,
servida en ese pueblo rodeado de cafetales, cultivos de moras y más, es que su
restaurante suena tanto. “Cuando la gente viene se encuentra con un lugar
rodeado de paisajes y sienten el olor a campo que les trae recuerdos. Con los
sabores buscamos que sean muy de casa, muy de abuela, muy colombiano, usando
solo condimentos naturales. En cada cucharada transmitimos emociones”.
Le encantan el sabor y el aroma de la
cebolla larga rehogándose, el cilantro de tierra o cimarrón es su ingrediente
esencial, no cambia por nada un chicharrón cervecero con papas de paquete, pero
eso sí, advierte, que sean de sabor a pollo cuando se trata de pecar, porque
valga aclarar que es muy disciplinada con el ejercicio. De última cena quisiera
un buen sancocho de gallina.
ÁLEX SALGADO
Hace 37 años nació en Manizales este
economista de profesión, pero cocinero de vocación y pasión. Como buen
manizalita es gran conversador y contador de historias. El tiempo no pasa
cuando habla de su amor por la cocina, por los sabores colombianos y del
recorrido e investigación que ha hecho aprendiendo y entendiendo nuestra
tradición culinaria. “Cocino porque en mi casa siempre se le ha hecho un
homenaje a la cocina. Mi abuela era una gran cocinera y todos sus sabores y
esencia quedaron impregnados en mí”. Creció en una familia donde el ritual de
compartir y disfrutar la mesa era muy importante. Es autodidacta y su
aprendizaje se da a través de viajes, libros y probando y utilizando
ingredientes locales.
Al referirse al futuro de la
gastronomía del país afirma que se está regresando a lo esencial, a lo básico,
a través de nuestras raíces y productos, “estamos volviendo a lo que se
cocinaba antes, que era con mucha conciencia, pero ahora lo hacemos innovando
en técnicas, presentación y cocciones”. A través de su oficio como cocinero
busca generar reflexiones, respeto por el producto, el productor y nuestra
cultura. Asegura que la cocina toca los sentidos y las emociones, y si se hace
con ingredientes que, por ejemplo, vienen de un sector vulnerable, utilizando
técnicas ancestrales y, además, esto se le cuenta al comensal, se comenzará a
generar un reconocimiento y orgullo por lo colombiano. “Soy un cocinero
enamorado de lo que hago, un generador de cambios a través de la cocina, ya que
esta va más allá de servir un plato rico y bonito, sino que también trasciende
y toca lo social, lo histórico, lo cultural”.
El restaurante de Álex se llama Ocio y
queda en Bogotá. En este los clientes se encuentran con una gran cantidad de sabores,
que pasan de los ácidos a los agridulces y los picantes. Lleno de frutas
colombianas, de colores y muchas historias y regiones del país. “Nuestras
cocciones son lentas, prolongadas como las de las abuelas, nos tomamos el
tiempo en cada plato sin necesidad de otros elementos más allá que el fuego, el
amor y la paciencia”. A Álex lo podemos definir como un estudioso cocinero, un
intelectual de los fogones, ya que parte de su tiempo la dedica a lo que él
llama la “Etnogastronomía” que, en resumen, lo define como el estudio del
alimento y la interrelación entre los seres humanos y etnias, con el uso y el
aprovechamiento de los productos. De no ser cocinero se hubiera ido por la
fotografía, uno de sus platos preferidos y mayor pecado es el arroz con huevo y
le encantaría que su última cena fuera un sudado, pero cocinado por su abuela.
JAIME DAVID RODRÍGUEZ
Nació en Muzo, Boyacá, tiene 28 años y
cuenta con más de diez años de experiencia en los fogones, ya que su madre,
quien ha sido su fuente de inspiración y vocación, tiene una casa de eventos en
la que él desde muy chico ayudó. “Mi primera escuela fue mi mamá”, confiesa.
Estudió profesionalmente en el Sena y luego de trabajar con grandes como Luis
Forero y Jorge Rausch en su restaurante El Gobernador en Cartagena, decidió, a
mediados del mes pasado, aventurarse y buscar nuevos rumbos en el País Vasco,
en España, para aprender y cocinar en el restaurante Akelarre.
De lo que ha vivido ahí dice: “Es
impresionante el respeto por el producto y por el cocinero, quiero llenarme de
esta experiencia para regresar a Cartagena a montar un lugar de cocina del
Caribe contemporáneo”. No es conformista, no se queda quieto, por el contrario,
vive leyendo, actualizándose y ensayando nuevas recetas y técnicas con
ingredientes colombianos. Este año representó a Colombia en Madrid Fusión, uno
de los eventos gastronómicos más importantes del mundo, con una ponencia en la
que hizo tributo a la cultura gastronómica colombiana, interpretándola por
medio de un menú que llamó: “Colombia, nueve pasos de realismo mágico”.
Una de sus iniciativas ha sido mostrar
la riqueza del país. Se le llena la boca hablando de la variedad de productos
que se dan en esta tierra fértil, “hay que concientizar a las personas de
nuestro tesoro gastronómico”. Ve un futuro creciente en la gastronomía
colombiana y dice que nos estamos posicionando como una cocina que tiene con
qué y que puede formar parte de la escena mundial. Para que esto se logre,
considera que es clave que los jóvenes cocineros del país comiencen a mostrar
lo nuestro, no solo en sus cocinas, sino cuando viajan al exterior. No es
sorpresa para nadie que grandes chefs de talla mundial están llegando a ver qué
es lo que está pasando en Colombia, y para él, esto es signo de que estamos
atravesando por un momento importante y que hay que aprovecharlo para dar un
golpe y lograr lo que ellos tanto sueñan: dar a conocer nuestros sabores y
riqueza.
Al momento de crear sus recetas se
inspira en la cocina popular, la comida de la calle y la de las plazas de
mercado. Disfruta viajar por carretera y meterse a comer en las casas de las
personas en los pueblos y en las cocinas de los restaurantes. Su obsesión es
comprender las técnicas y por esta razón compra muchos libros de cocina. Es un
perfeccionista dedicado, que mira con lupa los ingredientes colombianos que más
le gustan, con el fin de entenderlos, decodificarlos y analizarlos buscando
transformarlos para crear sabores evocadores de nuestra tradición. Y si bien la
vanguardia y la modernidad le mueven el piso, no descuida lo aprendido en casa,
como las carnes, que aún las marina como lo hace su madre. “Trato de mantener
la tradición de nuestros sabores, pero evolucionando en la presentación y la
técnica. Muchas personas cuando prueban mis platos se trasladan a la niñez,
como por ejemplo con mi merengón, mi cocada y la receta con mango biche…”.
Asegura que si no hubiera sido
cocinero, hubiera sido cocinero. “No haría bien ninguna otra cosa, en el
colegio me fue mal en todo. Aunque a veces cuando estoy montando un plato y
miro su estética pienso que quizás hubiera sido diseñador”. No tiene duda en
responder que de última cena quisiera la lasaña con pollo y champiñones que
cocina su mamá.
PABLO RAVASSA
Este talentoso y joven empresario de la
gastronomía nacional tiene 30 años y nació en Cali. Cuando se graduó del
colegio quería estudiar cine y para esto viajó a España, en plena revolución
gastronómica de ese país, justo cuando la revista Time había incluido al chef
Ferran Adrià en la lista como una de las 10 personas más influyentes e
innovadoras en el mundo. Esto y el hecho de que creció con los sabores de su
abuela, de quien afirma fue una gran cocinera, y que por demás le inculcó el
amor por la cocina, hicieron que le diera un giro a sus objetivos académicos,
entendiendo y sintiendo que lo que realmente quería era estudiar cocina. Al
momento de hablar sobre hacia dónde cree que va la gastronomía colombiana dice:
“Somos privilegiados no solo por la materia prima, sino por el capital humano
con el que se puede trabajar y a partir de ahí podremos generar desarrollo e
investigación. Tenemos la obligación de cuidar nuestro patrimonio en términos
de riqueza vegetal y animal para poder pensar en un futuro”.
Pablo, a pesar de su corta edad, habla
y piensa con mucha certeza y experiencia sobre su rol dentro de la industria
gastronómica: “Soy un joven empresario que está generando trabajo responsable,
consciente y que aporta al desarrollo. Aspiro a materializar ideas de impacto
que contribuyan con la evolución culinaria del país y la región”. Es consciente
y agradece el trabajo de las otras generaciones que han abierto las puertas y
han logrado poner a la cocina colombiana dentro del mapa mundial, y por eso
asegura que ahora es mucho más fácil proponer. En su restaurante La Guacharaca,
en Cali, ofrece cocina latinoamericana y mediterránea con una fuerte
inclinación por los productos y las recetas locales.
Para crear sus recetas piensa en los
dos mercados, como él dice, la plaza y lo que el cliente quiere. Las ideas las
encuentra en el arte, ya que su papá es pintor. La inspiración llega también
del paisaje de los farallones, de los ríos del valle, de los montes del Cauca,
del mar y la selva. Tal vez por eso, por tener una conexión tan fuerte con la
tierra, con la naturaleza y con el medioambiente es que sus sabores favoritos
vienen del trópico: como el mango biche, la papaya, los peces del Pacífico y el
néctar de las flores.
Le hubiera gustado ser actor de cine,
si no se hubiera dedicado a la cocina. Su mayor delirio es la torta de
chocolate y le encantaría comer en su última cena ostras y champagne.
FRUTAS COLOMBIANAS

Una de las mejores ventajas de vivir en Colombia es la diversidad de frutas que se encuentran. Hay frutas de las que uno si siquiera ha escuchado hablar y que no se asemejan a nada que se haya visto antes. Por todo el país encontrará diferentes variedades y escoger una puede ser una decisión bastante abrumadora y emocionante. Aquí le presentamos una lista de frutas exóticas de Colombia, además de otras que de seguro ya ha escuchado pero que aquí encontrará en abundancia.
Si piensa viajar a Bogotá, le sugerimos seleccionar algunas frutas del listado e ir al Mercado de Paloquemao, ya sea para probarlas en alguno de los puestos de jugos o para comprarlas y preparar una deliciosa ensalada de frutas a su manera. Si está en Cartagena, haga lo mismo en Bazurto.
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Banano y Bananitos
Hay tal variedad de tamaños de banano, que si es de los que ama el sabor de esta fruta, se sentirá en el paraíso. Los hay de tamaños gigantes (y un poco obscenos) hasta los pequeños y dulces bananitos, llamados también 'bocaditos'.
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Borojó
Según dicen, el borojó, mejora el desempeño sexual. Asi que, ¿qué mejor razón para probarlo? Se consume mayormente en jugos.
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Carambola
La carambola (en inglés 'star fruit' debido a su apariencia una vez que se taja) tiene un sabor similar a la uva solo que un poco más cítrico, con un toque de manzana.
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Curuba
Con una sabor similar a la maracuyá, la curuba es un fruto típico de los andes que se consume desde épocas pre-coloniales.
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Feijoa
La geijoa es otra fruta que se saborea mejor en jugos ya que así se puede endulzar un poco. Es ácida, muy nutritiva y con un ligero sabor a tierra. Si se come cruda, se consume con cáscara.
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Granadilla
Probar la granadilla es toda una experiencia; y no exageramos. Parecida a la maracuyá, para comer granadilla hay que ensuciarse un poco, pero vale la pena. La cáscara de la fruta se rompe para llegar hasta sus semillas, recubiertas de una dulce y refrescante pulpa.
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Guanábana
Esta fruta de raro aspecto (algo así como el el huevo de Yoshi) tiene un sabor igual de diferentes. En el interior es similar a un pescado y su textura es como la de una natilla, pero no se deje engañar; su sabor se asemeja a una deliciosa mezcla entre lima, fresa y banano y, en nuestra opinión, se disfruta mejor en jugo.
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Guayaba
En Colombia, la guayaba se prepara de diferentes maneras: desde relleno para donuts hasta una dulce, suave y deliciosa jalea. Así que, aunque le recomendamos asiduamente que la pruebe, es tal su obicuidad que de seguro se encontrará haciéndolo cuando menos lo espere.
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Lulo
El lulo es otra de las frutas favoritas de los colombianos, sobre todo para preparar jugo. Es bastante cítrica y su sabor se asemeja al de la lima; definitivamente debe probarla.
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Mango
Así sea en jugo o en su forma natural, en Colombia el mango es jugoso, fresco y altamente recomendado.
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Maracuyá
Así como el lulo, y varias otras frutas en esta lista, la maracuyá alcanza su punto más alto de sabor si se srive en jugo. También viene bastante bien consumirla sola y, aunque es bastante ácida, es muy buena para comenzar el día.
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Níspero
La apariencia del níspero es como la de kiwis sucios, pero en su interior luce más como una papaya. No son muy comunes en Bogotá, pero sí en regionas de clima cálido y templado.
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Papaya
A pesar del dicho colombia 'dar papaya', que se refiere a no provocar al otro (en casos de robo, asaltos o peleas), con frecuencia se encontrará en Colombia recibiendo papaya. Incluso se la encontrará servida en los corrientazos como una entrada.
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Piña
La principal diferencia de las piñas colombianas es que son más baratas y jugosas que en otros lugares.
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Pitahaya
La pitahaya, diferente de la especie asiática sobre todo por su color, está llena de bondades. Son un poco costosas pero vale la pena la inversión si está constipado ;-)
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Tomate de Árbol
Otra opción estrella para los jugos, el tomate de árbol es muy popular en Colombia. Su sabor es algo así como una combinación entre tomate y kiwi.
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Uchuva
Las uchuvas se encuentran en cubiertas sedoas, que se abren para obtener estas pequeñas bolitas de color naranja. Tienen una suave saber, dulce y ácido, y las encontrará en muchos lugares.
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Zapote
Emparentado con el níspero, el zapote tienen un sabor parecido a la papaya aunque un poco menos dulce.
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